Imaginamos nuestro Campamento Lunar con 3 objetivos esenciales en mente. Nuestro primer objetivo era poder facilitar la astronomía. En la Luna, la noche es eterna y no hay contaminación lumínica, podemos observar el Universo que nos rodea en todo momento. Además, estamos mucho más cerca del Universo de lo que estábamos, por ejemplo, en la Tierra. Esto puede ayudarnos a aumentar nuestra comprensión general del Universo que nos rodea. Como segundo objetivo, queríamos tener una base que nos permitiera viajar más fácilmente por el sistema solar y, por tanto, alcanzar distancias mucho mayores. La gravedad lunar, mucho más débil que la de la Tierra, nos permitiría utilizar mucho menos combustible para el despegue de nuestro cohete. Esto nos permitiría, entre otras cosas, llegar por ejemplo a Júpiter (más una de sus lunas) con el mismo combustible que habríamos utilizado para llegar a Marte. En tercer lugar, esperábamos que esta base pudiera permitir el desarrollo de una civilización humana en la Luna. En caso de un gran problema en la Tierra, podríamos dar a la humanidad una segunda oportunidad con esto.

Cerca de los polos lunares

Elegimos este lugar por su continuo aporte de luz. Esto nos permitirá alimentar nuestra base con paneles exclusivamente solares. Además, el hielo nos proporcionará agua corriente.

La mayor parte de la vivienda está en un cráter. Pero una parte también está en el exterior. Esto se eligió para protegernos en parte de los asteroides. Los materiales utilizados son estructuras impresas con nuestra impresora 3D que utiliza roca lunar y materiales terrestres como el vidrio o el óxido de titanio. Esto ofrece una gran resistencia a nuestra base.

Utilizaremos un taladro que hará un agujero en el hielo. A continuación, colocaremos una bomba que calentará y purificará el hielo para convertirlo en agua potable. Un sistema de tuberías nos permitirá suministrar agua a toda la base.

Hemos colocado un invernadero. Así podremos cultivar todo tipo de plantas comestibles para dar alimento a nuestra base. El abono se hará con las defecaciones de los habitantes de la estación. A veces colocaremos un refugio para protegernos de la sobreexposición al sol. También tenemos una piscina con algas. Las algas nos permitirán alimentarnos continuamente porque las algas pueden regenerarse a voluntad.

La electricidad se suministrará con paneles solares que se alimentan continuamente del sol.

El aire será proporcionado en su totalidad por nuestras algas en la piscina. El proceso de fotosíntesis nos proporcionará continuamente aire y sustituirá el aire sucio por aire que podamos volver a respirar.

Uno de los mayores peligros en la Luna es el impacto de asteroides. Estamos poniendo remedio a este problema con un cañón láser (Heat), que hará estallar todos los asteroides que tengan la mala suerte de acercarse demasiado a nosotros. La salud mental de nuestros astronautas es una de nuestras prioridades. Las interacciones están bien resaltadas en la estación. Hemos proporcionado un gimnasio y un punto de observación de las estrellas en la azotea para poder contemplar el mágico espectáculo que se les presenta. Además, la gravedad en la estación es muy baja, lo que permite hacer todo tipo de galimatías para divertirse. También hay una piscina para nadar.

Bernard Dubois se levanta a las 8 de la mañana, hora del este. Se reúne con sus colegas en el comedor. Klaus Von-Steiner, que se ha levantado antes que sus colegas, está vivo para terminar el almuerzo. Todos discuten las tareas a realizar durante el día, y las dividen según su experiencia. Después de un buen almuerzo, el Sr. Dubois va al baño para hacer su higiene. Hacia las 8 de la mañana se dirige al tejado de la estación. Ahora se encarga de identificar los posibles asteroides que podrían chocar con la estación. Hacia las 10 de la mañana, hora del este, va al gimnasio para hacer su ejercicio diario. A las 12 del mediodía, es la hora de la cena. Todos los astronautas se dirigen al comedor, donde George Brown acaba de cenar. Bernard ha terminado su trabajo diario, por lo que tiene tiempo libre para el resto del día. Alrededor de las 5 de la tarde, todos los habitantes del complejo turístico regresan al mismo por última vez para disfrutar de una última buena comida. Luigi Costa les espera desde hace unos minutos. Después de esta abundante comida, alrededor de las 18 horas EST, Bernard se dirige al baño para lavarse. Le quedan unas horas de tiempo libre antes del toque de queda a las 21:00 horas.