El proyecto pretende diseñar u ofrecer un lugar de asentamiento para el ser humano en un terreno desconocido y a veces hostil como es la Luna. Con sus diferentes diseños, instalaciones y dispositivos útiles crearemos un espacio de confort, investigación y experimentación de recursos para potenciar o mejorar aún más nuestro campamento lunar, incluso bajo tierra, incluso en la superficie del suelo. Hemos pensado en todo.
Disponemos de una espaciosa ciudadela conectada entre sí por caminos a cada habitación que tiene una buena entrada de oxígeno, gracias a las enormes cápsulas de oxígeno que hay cerca del lugar. Naves que utilizan energía solar para funcionar, así como una gran cúpula que recoge hielo de agua para nosotros. También móviles voladores con los que podemos explorar más lejos de lo que imaginábamos. La comunicación entre la Tierra y la Luna se recibe a través de antenas espaciales repartidas por el campamento.
La naturaleza es una amiga como otro aporte de oxígeno y otros recursos materiales. En cada habitación hay un árbol o planta de buen tamaño para ayudarnos a respirar con más seguridad. No olvidamos nuestro sistema de recogida de regolito o suelo lunar que podemos transformar, así como el sistema de electrólisis dentro del proyecto.
Queremos garantizar espacio, diversión y entretenimiento a los astronautas de nuestro campamento, así que vamos a vivir más aventuras en otros planetas deshabitados con los cohetes más actualizados y la mejor tecnología. Partiremos de la Luna, pero no nos vamos a quedar aquí.

Cerca de los polos lunares

La luna es un lugar inmenso y misterioso. Con un lado oculto y otro visible, perseguimos la luz del sol en su apogeo, pero sin que sea peligrosa para nosotros. Las radiaciones pueden dañarnos y el frío extremo puede quemarnos la piel o provocarnos enfermedades graves. Los polos tienen temperaturas opuestas. En el sur viviríamos bajo tierra y en el centro no resistiríamos el calor. En el norte, grandes cráteres caen sobre la superficie lunar.
Pero que no nos superen las temperaturas de 0°, conseguiremos calentarnos con el calor del trabajo, también batiremos las más altas cubriendo con capas heladas nuestro campamento.

Nuestra principal tarea es adaptar el terreno y establecer la zona que vamos a utilizar. Es una superficie difícil de manejar, necesitaremos maquinaria pesada y robots industriales para construir nuestro campamento. Uno de los recursos lunares que podremos aprovechar para ello será el regolito que recojamos. La idea es crear un cemento similar al que utilizamos en la Tierra.

La gravedad hará que el material sea menos pesado y más maleable, pero debemos tener cuidado de no desperdiciarlo. La Luna nos ofrece recursos conocidos que podemos obtener mediante la minería. Los primeros establecimientos partirán de ahí, hasta que puedan mejorarse.

La cantidad de agua que encontremos estará congelada. Hielo de agua que hay que extraer, triturar, calentar por fricción a altas temperaturas y distribuir por un sistema de tuberías subterráneas. Así se recicla el agua desperdiciada para utilizarla en otras tareas. El agua subterránea trae consigo organismos de los que hay que separarla para su consumo, pero útiles para la investigación. Se distingue por: Una gran cúpula donde concentramos el agua "potable", y en contenedores la propuesta para experimentación. También tenemos la intención de calentar el suelo lunar con una gran rejilla de metal "al rojo vivo" incrustado bajo el refugio de hielo.

Aunque la comida en el espacio lunar no será un manjar, será de lo más saludable. Los cultivos, las hortalizas y las algas tendrán un merecido protagonismo como único alimento. En principio, la plantación de semillas estará limitada por el recurso hídrico y porque desconocemos la composición del suelo lunar y si es fértil o no para nuestras plantas. Los semilleros e invernaderos automatizados podrían ser una buena opción, confiaremos en los avances de la robótica para hacer más autónomas las tareas repetitivas de la agricultura.

Y aunque no es nuestra opción favorita, no dejaremos de lado los alimentos enlatados/deshidratados.

Obtendremos la energía necesaria para nuestro campamento de dos maneras: energía solar y el proceso de electrólisis. La primera nos servirá para dar energía a las antenas de los satélites, los roverts y los móviles terrestres. Del segundo obtendremos hidrógeno para generar electricidad y luminosidad en cada habitación o establecimiento del campamento.

En la Luna todos los objetos pierden parte de su peso debido a la gravedad, utilizaremos menos combustible del que necesitamos en la Tierra para elevar nuestros cohetes, pero intentaremos cambiarlo. Tendremos baterías funcionales por ciclos para futuras misiones en su cara oculta, donde no llega la luz.

El oxígeno de nuestro campamento procederá de los procesos naturales de ciertas plantas y árboles, además de las grandes cápsulas que lo contienen junto al complejo de habitaciones. La electrólisis también contribuirá a su formación una vez separado del hidrógeno. Con todo esto en mente, el diseño del proyecto es tal que el oxígeno producido no se desperdicia ni se pierde fuera de los procesos de transformación. Llega a los astronautas a través de los mismos canales que conectan el recinto, pero esto no significa que su flujo vaya a ser permanente; a determinadas horas del día se apagará para ahorrar costes.

Las antenas satélite de nuestro campamento no sólo sirven de puente de comunicaciones, sino que también disponen de un sensor que activa una alarma de emergencia cuando capta un cuerpo de buen tamaño en un radio cercano al lugar. Con pilotos como en la Tierra, y naves de última generación, tratamos de idear dispositivos tan resistentes como para desviar meteoritos o cráteres.

Pero no sólo éstas pueden dañarnos. De la radiación solar nos protegeremos encerrando zonas considerables con capas semitransparentes de cierto grosor, o al menos los lugares de mayor importancia. Individualmente haremos algunas modificaciones en nuestros trajes.

Primero me levanto, y no, no es en una cama normal, es una cápsula de hibernación. Mantiene el clima, el pulso y los nutrientes de mi cuerpo. Subo al segundo piso y desayuno algo deshidratado; descanso un poco antes de empezar a trabajar porque pronto tengo que ponerme el traje espacial y salir del campamento, subirme al auto-rover y salir a explorar. En la habitación el nivel de oxígeno está bajando y se ha activado el failsafe, así que después del trabajo iré a la esclusa a buscar el problema.

Una vez fuera del campamento, en mi camino recojo minerales o fósiles, que son útiles para el estudio de la superficie lunar y lo que aún no sabemos que es al mismo tiempo hago ejercicio durante 2 horas porque en el espacio hay que hacer mucho ejercicio.