Nuestra idea principal con este campamento lunar es la simplicidad, creemos que lo necesario no siempre es lo más grande y que debemos experimentar con lo que tenemos a mano. Para ello, hacemos un uso significativo de todo el espacio a nuestra disposición: los asentamientos más grandes son nuestras habitaciones, donde nosotros mismos somos responsables de la energía que se producirá a través del movimiento, el trabajo y el ejercicio. Una forma inusual pero ingeniosa. El proyecto se abastece de un lugar de descanso que se combina con el lugar de producción de energía y un lugar de cosecha con un gran huerto o plantación junto a la granja en un área más pequeña. La supervisión de los procesos es captada desde las alturas por las antenas del satélite ayudando al control o la buena gestión de cada parte contemplada. También proporciona información sobre el entorno lunar, sus cambios y comportamientos visibles con el paso de los días, no sólo útil para los astronautas, sino también para los interesados en la Tierra; es un medio de comunicación local aprovechando el sistema de audio incorporado en el satélite, una señal que atraviesa largas distancias. Dicho esto, se podría pensar que la diversión, el entretenimiento y las atracciones no se han tenido en cuenta, pero es todo lo contrario. Aquí, el que más se divierte, hace actividad física y genera movimiento es al que más energía le debemos y el que más nos ayuda reuniendo sus fuerzas.

Cráter Shackleton

Shackleton fue un cráter que impactó en el polo sur de la Luna hace millones de años. Los picos situados en sus bordes alcanzan la mayor exposición posible a la luz solar. Por otro lado, su parte interior cuenta con la sombra generada por éstos, haciendo el lugar más tolerable y adecuado para nosotros a la temperatura y la bruma. Buscamos colocar las plantaciones con satélites elevados en las cumbres, retirando un poco el depósito de agua y nuestra granja hacia el fondo junto a las habitaciones. Vemos que un campamento inclinado a moverse no suena mal si podemos salir sin daños colaterales.

Debido a la ubicación descrita, vemos que parte de nuestras instalaciones se codean con la luz solar que incide en la superficie lunar. Pero no hay que olvidar una cosa, ya que, aunque se asemeja a lo habitual en la Tierra, supera con creces la radiación que representa para nosotros. Por ello, nuestro campo cuenta con barreras de un tipo de vidrio diferente y más grueso. Repele o desvía el peligro que no podemos erradicar pero sí evitar. Se puede ver en el cultivo, en la granja o en el colector de agua.

El colector de agua está situado directamente sobre un cráter más pequeño pero profundo en el centro del cráter. Este gran agujero en el suelo evita el sobrecalentamiento del lugar y lo mantiene más fresco de lo que cabría esperar, por lo que se consideró un lugar favorable para esta concentración de agua. Se trata de una transformación que, sin el calor habitual, puede hacerse más rápidamente por el método más adecuado. Desde la trituración de lo que queda de la roca, hasta la ampliación de un filtro o túnel para extraer el agua contenida en borbotones.

A pesar de tratarse de gastos quizás innecesarios, la presencia de animales también aporta beneficios a nuestro campamento y a las personas que lo habitan, ya que no es un secreto que la proteína presente en ellos nos mantiene sanos. Sin embargo, por las condiciones y la ubicación, se puede evitar llevar grandes bestias u organismos que no la tengan. Otra facción a considerar como proveedor de alimentos son las plantas, todas ellas comestibles. Un problema que puede surgir es que, sin una buena distribución de unas y otras, podríamos estar desperdiciando ambas.

Lo dicho y prometido es deuda. Dejando a un lado la energía solar porque se ha mencionado varias veces, nos concentraremos en la principal: la energía dada por el trabajo, la fuerza y el movimiento. Las condiciones del terreno están hechas para ello, sólo es la voluntad de los astronautas de permanecer y mantener el campamento. Suena agotador, lo sabemos, pero lo consideramos sólo un comienzo en las tareas que más tarde podrán ser mecanizadas y robotizadas. El lugar de descanso y las habitaciones no cubren mucho, así que si todos participan de esta manera se convertirá en un ejercicio.

El oxígeno en nuestro campamento es bastante exclusivo y los pocos lugares que no están enfocados a nuestro descanso o consumo no requieren realmente mucho. Por eso sólo utilizamos una fuente y es la natural, la que contiene todas nuestras plantas y semillas para germinar. Por eso es tan amplia. Nuestro sistema es sencillo, los astronautas van por un contenedor al día que deben transportar en sus rovers desde el refugio natural hasta su propia habitación. Se ha diseñado para que dure toda la noche y, como muy tarde, mañana.

Contra los peligros que el ojo humano no detecta, así como los que sí. Nuestras barreras son transparentes y nada tecnológicas todavía, pero tan útiles como cualquier otra. Nuestro objetivo es evitar daños en los pocos lugares dedicados a procesos ajenos a la participación directa de uno, y esto se consigue considerando todas las posibilidades porque, irónicamente, entre los mayores riesgos que encontramos sobre nuestras cabezas está el espacio lunar que esconde tantas cosas. Los lugares situados en las cumbres tienen prioridad, ya que han sido expuestos al peligro por efecto de la necesidad.

A las 5 de la mañana suena el despertador y, como siempre, me levanto rápidamente para apagarlo. Me doy cuenta de que es curioso porque me despertaba a las 6:30 de la mañana como un recordatorio de mi vida en la tierra. Cuando me levanto de la cama siento que floto, como si pesara menos y esto es obvio porque estoy en la luna, pero acabo de llegar hace un par de días, sigue siendo una sorpresa para mí cada vez que me levanto. Experimento con la gravedad mientras desayuno cereales, luego me baño y me pongo el traje espacial; siempre antes de salir miro el dibujo que hice de la tierra, el sol y la luna ese día tuve una pesadilla de un agujero por donde se escapaba el oxígeno, pero lo arreglamos y nos salvamos. Después de salir me subí a mi rover y exploré la luna para investigar lo que encontré. Pase por nuestra propia granja sostenible con algunas legumbres, y alimentos frescos traídos de la tierra en bolsas especiales. Encontré en mi camino rocas espaciales que luego lancé en un contenedor, eran de la noche anterior que hubo una tormenta espacial lunar, lanzando múltiples de estas contra algunos paneles solares de nuestros instrumentos de comunicación. Cuando estaba en mi descanso las examiné y tenía los restos de un panel solar fracturado; al final me tomé la molestia de sustituirlo y poner pilas nuevas. Cuando vi que eran las 22.00 horas