El objetivo de nuestro proyecto es diseñar un campamento que proporcione a los astronautas comida, agua, oxígeno, energía y protección contra la radiación, utilizando hielo formado en los cráteres, plantas artificiales que produzcan oxígeno, sistemas hidropónicos, reacciones químicas, paneles fotovoltaicos, hongos de Chernóbil, polvo lunar... La base tardará en construirse, pero la espera merecerá la pena.
Nuestro campamento se llama LS, que significa Little Shack, debido a que estamos situados en el cráter Shackelton. En nuestra base queremos alojar a tres astronautas, aunque hay espacio para más. Nuestro objetivo es hacer que un día en la Luna sea lo más parecido posible a un día en la Tierra: aprender a obtener nuestras necesidades básicas para vivir e investigar las condiciones lunares para llevar a cabo más investigaciones que mejoren nuestros diseños actuales.
Todos los elementos de nuestra base están separados para que un problema en cualquiera de ellos no afecte al resto. También hemos puesto trajes espaciales en cada parte por si fuera necesario.

Tras buscar información sobre cómo reducir la radiación, finalmente acordamos cubrir el exterior de la base con roca lunar y hongos encontrados en Chernóbil. Este hongo se alimenta de la radiación. Un experimento realizado en la ISS demostró que el hongo había reducido la radiación en una cantidad significativa. La mayor parte de la base es subterránea por dos razones principales: para protegerse de la radiación y de los meteoritos.

Cráter Shackleton

Elegimos una ubicación próxima al polo sur lunar, en el cráter Shackelton.
Pasamos mucho tiempo debatiendo entre los tubos de lava lunares y nuestra ubicación actual. Por un lado, los tubos de lava nos ofrecerían protección contra la radiación solar y las temperaturas extremas. Por otro lado, el polo sur nos ofrecería temperaturas estables, lo que nos daría acceso al hielo de agua formado en los cráteres, y luz solar durante todo el día, lo que nos permitiría acceder a la energía solar necesaria para alimentar todo lo que necesitamos.

En primer lugar, vamos a enviar algunos robots que se controlarán a distancia desde la nave espacial que hemos fabricado previamente. La parte superior de la base estará cubierta de polvo y rocas lunares. También vamos a utilizar los hongos de Chernóbil. (Todo esto se explicará más adelante). Las paredes de la base serán muy gruesas y vamos a poner aislamiento térmico, que está hecho de una cubierta de aluminio para mantener el calor en el interior. La mayor parte de la base será subterránea, para protegernos de las lluvias de meteoritos.

Como ya hemos mencionado, el polo sur lunar recibe luz solar durante todo el día, lo que hace que la temperatura sea más estable. De este modo, el hielo que se forma en los cráteres no se derrite. Podemos aprovecharnos de ello, recolectando el hielo, fundiéndolo y filtrándolo para conseguir agua potable. En cuanto al despilfarro de agua, reutilizaremos toda la que podamos.

Queremos crear nuestra propia granja en la Luna. Vamos a utilizar un sistema hidropónico para regar las plantas. Este método no incluye tierra, sólo agua con nutrientes. Utilizando un espacio mínimo, el desperdicio de agua es 90% menor que en la agricultura tradicional. Vamos a plantar lechugas, tomates, patatas... En el mismo lugar también vamos a utilizar hojas de seda, para que la emisión de carbono disminuya. También tendremos un cohete que transportará de vez en cuando la comida y los residuos al campamento.

Hemos colocado paneles fotovoltaicos por todas partes. La propia base tiene paneles solares en el techo, que giran para encontrar la mejor posición. Es más, también podríamos utilizar los elementos del agua, oxígeno e hidrógeno, como combustible. Mientras hacemos ejercicio en la bicicleta estática o en las cintas de correr, estaremos cosechando energía gracias a una dinamo que convertirá la energía mecánica en energía eléctrica.

El agua está compuesta por átomos de oxígeno e hidrógeno. Tras fundir el hielo de agua, una reacción química podría dividir esos dos elementos. Utilizaríamos el oxígeno para respirar, mezclado con algunos otros gases, porque el oxígeno solo también podría ser peligroso. También hemos pensado en la posibilidad de utilizar una hoja artificial llamada Seda, que sólo necesita luz solar y agua para producir oxígeno.

Nuestros tres astronautas seguirán el sistema horario de la Tierra, aunque recibirán constantemente la luz del sol. Tendrán 10 horas de sueño, de 22.00 a 8.00 horas. Todas las comidas se realizarán en la cantina situada junto a la cocina. Habrá tres comidas principales y tentempiés como bebidas energéticas. 

Cada mañana se ducharán con una toalla húmeda con jabón. Después del desayuno, se comunicarán con la Tierra para informarles de sus condiciones. 

Cada dos horas los astronautas harán una revisión rápida de la base, para asegurarse de que todo está en su sitio. Harán ejercicio al menos dos horas al día para mantenerse en forma. Dispondrán de una hora para comunicarse con sus familias y amigos. También dispondrán de tiempo libre.

Tendrán algunas tareas cotidianas como recoger hielo, llevar a cabo reacciones químicas para conseguir oxígeno y combustible o investigar la tierra y los minerales. Una persona se encargará de las plantas, otra se ocupará del agua y de las expediciones al exterior, y la última será responsable tanto del correcto aterrizaje del vehículo para cargar alimentos y residuos como del sistema de comunicación.

Hemos diseñado dos tipos de rovers: uno grande para transportar cosas y otro más pequeño para desplazarse por la superficie. Ambos se adjuntan al final del documento.

Si algo sale mal, siempre tendrán la oportunidad de volver a la Tierra en unas 24 horas.