Decidimos construir la colonia bajo la superficie lunar, dentro de los tubos de lava lunar. Tiene que tener un lugar donde dormir y comer. Como somos los únicos que vivimos en la Luna, nuestra casa tiene que tener una oficina y un lugar para cultivar alimentos, una sala de ordenadores, un lugar donde podamos investigar y un gimnasio porque vivir en baja gravedad debilita los músculos.

Tubos de lava lunares

Elegimos los tubos de lava lunares porque nos protegen del duro clima de la Luna. Aunque la temperatura climática ronda los -20 grados, que no es muy agradable en la Tierra, en realidad es una temperatura soportable en la Luna.

Llegamos a la conclusión de que los ladrillos hinchables serían una buena opción. Además de ser muy resistentes con la capa de cemento adecuada, necesitaríamos menos desplazamientos, lo que nos costaría menos y nos ahorraría tiempo.

Decidimos tener un sistema de agua reciclable porque todas nuestras actividades implicaban de algún modo aire y agua. El agua se almacenaría en un depósito cercano al campamento con tuberías de conexión. En caso de escasez de agua, recurrimos al depósito. El agua no sería 100% pura, pero sería buena para el consumo.

Nos dimos cuenta de que los alimentos cultivados en la luna no sobrevivirían 14 días a oscuras, así que construimos un invernadero con luz artificial.

Nuestros paneles solares están situados en los polos porque allí hay más días soleados. También tendremos máquinas de ejercicios que utilizarán la energía mecánica de nuestros movimientos para producir energía eléctrica.

¿Cuánto tiempo puedes estar sin respirar durante un minuto? Para resolverlo, conectamos el campamento al invernadero. Durante el día, nuestras plantas transforman el dióxido de carbono en oxígeno que se utilizará en el campamento. Por la noche, cerramos la conexión entre los dos espacios para evitar el efecto contrario.

No es necesaria una cúpula, pues ya estamos protegidos por los tubos lunares.

Nuestros astronautas revisan la base de siete a ocho y media y hacen sus planes diarios. Después, tendrán que hacer ejercicio durante al menos una hora.
Entre las 9.30 y las 11.30, los científicos llevarán a cabo investigaciones en sus campos de estudio: geología, astronomía...
A las doce y media habrá una pausa de hora y media para comer y descansar. A continuación, los astronautas ejecutarán una tabla semanal de catorce a catorce treinta con el reparto de tareas para la semana siguiente y continuarán su trabajo. De catorce treinta a quince treinta se ocuparán de la comida y comprobarán la infraestructura del invernadero. De quince treinta a diecisiete harán todo el mantenimiento necesario de los equipos del campamento. De diecisiete a diecisiete y media comprobarán nuestras fuentes de agua. Después de cenar, disfrutarán de tiempo libre. De nueve a diez volverán a hacer ejercicio. Esto ocurrirá porque, debido a la baja gravedad de la Luna, el calcio no se fija en los huesos, lo que podría causar varios problemas de salud. Al terminar, los astronautas pueden irse a dormir.