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Un grupo de alumnos del IES Viera y Clavijo interesados en el reto del Campamento Lunar hemos realizado un proyecto en el que explicamos el proceso de adaptación de los astronautas a la Luna. Desde su llegada hasta el asentamiento definitivo en ella. Es decir, cómo y dónde vivirán y qué instalaciones tendrán. Nuestro objetivo para este proyecto es principalmente investigar la naturaleza lunar y descubrir cómo podemos favorecernos de ella, ya sea estudiando su mineral o descubriendo si podría ser habitable. Por ello, hemos realizado una base lunar y posibles medidas de extracción de recursos como agua alimentos o energía. Este proyecto está pensado para al menos siete personas que dispondrán de cinco estancias principales; gimnasio, zona central, zona de ocio, laboratorio y almacén.

El campamento lunar debe estar situado en un lugar con buenas condiciones para las operaciones de transporte, con un gran número de objetos naturales y características de interés científico y recursos naturales, como el oxígeno, ya que la abundancia de ciertos minerales varía drásticamente en la superficie lunar. Hemos considerado que el mejor lugar para ubicar la base es cerca del cráter "Shackleton", en el Polo Sur, ya que está expuesto al sol la mayor parte del tiempo; los paneles solares recibirán energía casi continuamente y su proximidad a otros cráteres podría proporcionar comunicaciones con el primer cráter. Esto es potencialmente valioso para la observación astronómica. Un instrumento infrarrojo se beneficiaría de las bajas temperaturas, y un radiotelescopio de la protección contra las interferencias del espectro radioeléctrico procedentes de la Tierra.

Para la realización de este Proyecto tenemos que tener en cuenta que los materiales utilizados tendrán que ser ligeros y versátiles, además de aguantar altas temperaturas. También, tenemos que transportar los materiales con facilidad y estos tienen que ser capaces de proteger a los miembros de la tripulación. Hemos pensado crear estaciones modulables, para que pueda ser adaptable a las necesidades que puedan surgir. Entre los materiales que hemos considerado están el aluminio, laminados de poliéster reforzados con fibra de vidrio y encima podemos aplicar paneles solares y fibra de vidrio.

Al mismo tiempo que funciona el generador de oxígeno, el nitrógeno obtenido del mismo se mezcla con el dióxido de carbono adquirido de la respiración de los astronautas y mediante la reacción de Sabatier, se produce agua y metano. El metano debido a su alta volatilidad es expulsado fuera de la base. Además, utilizaremos el agua de los polos que tiene la Luna para la obtención de su. Esta agua será sometida a un proceso de adaptación al consumo.

Aparte de las comidas estrictamente preparadas para los astronautas, parte de la dieta se basará en los cultivos hidropónicos. Estos cultivos prescinden totalmente del suelo para desarrollarse, pero hay que tener en cuenta que no todo tipo de plantas pueden vivir en estas condiciones espaciales, por lo que se llevarán semillas específicas como las de col, rábano, mostaza verde, aloe vera y neem, que tienen la capacidad de sobrevivir en estas condiciones.

Nuestra principal fuente de producción de energía serán los concentradores solares que vamos a utilizar y ubicar cerca de la base, estos son una especie de colectores solares capaces de concentrar la energía solar en un área reducida, aumentando la intensidad energética. Para ello, necesitaremos producir energía eléctrica a partir de los paneles fotovoltaicos que serán móviles para protegerlos en caso de tormentas. Como equipo de reserva en caso de problema con los paneles, utilizaremos la energía de la nave espacial.

Como hemos dicho antes, utilizamos el proceso de electrólisis para separar el oxígeno del hidrógeno de los polos de la Luna, con lo que se pueden obtener entre 2,3 y 9 kg de oxígeno al día, lo que es suficiente para mantener con vida a los astronautas. Además, las plantas que se utilizan para obtener alimentos también producen O2 y CO2 (que se separa en dos mediante una célula de carbono), que utiliza como soporte pero no como método principal.

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La Oficina de Defensa Planetaria gestionaría campañas periódicas de observación en busca de asteroides, estudiándolos y participando en las posibles medidas de mitigación. La oficina dividirá el trabajo en tres áreas:

Observación.
Cada noche, la futura red de telescopios Flyeye (ojo de mosca), realizará un barrido del firmamento en busca de rocas enormes, etiquetando aquellas que puedan suponer una amenaza y poniéndolas en conocimiento de los investigadores.

Suministro de datos.
Toda la valiosa información se enviará al Minor Planet Center (MCP), que actúa como principal lugar de intercambio de información sobre observaciones astronómicas.

Mitigación.
Cuando un asteroide pueda ser peligroso, todos los organismos de respuesta a emergencias del planeta recibirán la información sobre el riesgo que supondría esta roca. Además, el DART (Double Asteroid Redirection Test) trataría de mitigarlo, realizando una prueba en 2022, intentando desviar uno a través de una colisión.

Nuestra tripulación estará formada por siete personas de las cuales dos serán médicos y psiquiatras, tres ingenieros: teleco, agrícola y aeroespacial, un astrobiólogo y un químico. Estas personas tendrán que adquirir conocimientos sobre minería, logística, ect.

Dividiremos la estancia de los astronautas en tres áreas: la primera, durará los primeros meses/años, se centrará en la construcción de la base, cultivos, etc. Después de la primera etapa, los tripulantes tendrán que empezar a conseguir nuestros objetivos; el aprovechamiento de los recursos lunares. Se enviarán todos los materiales necesarios para esta investigación y tendrán que analizar todo lo que sea posible: combustible, minerales, etc. Después de todo esto, comenzará la posible vida en la Luna.

Durante los primeros días, los tripulantes tendrán que reconocer el terreno cercano, tomar y analizar muestras, construir el invernadero para los cultivos y la instalación de electricidad y aire. Todo ello con la dificultad de la gravedad lunar. Organizarán para tener la rutina necesaria para garantizar la salud de los astronautas. Para ello, dispondrán de un gimnasio adaptable, una sala de meditación, una sala de lectura y una zona de ocio, con conexión para establecer telecomunicaciones con sus familiares y amigos, además de juegos. Durante la misión, los tripulantes irán desarrollando su vida en la Luna e informando de todos sus avances y evolución al equipo en la Tierra.